viernes, 18 de marzo de 2011

....

Piedras..


Preciosas, semipreciosas, mágicas, medicinales, naturales.
No. Yo hoy hablo de otro tipo de piedras.
Esa tipología que se interpone en nuestra vida. ¿Pero por qué? Nos preguntamos, como auténticos idiotas, mientras caemos lentamente al tropezar con ellas.
Creemos que vamos por superficies planas y, cuando menos lo esperamos, nuestro pie choca con la piedra, y ésta, impasiva, nos hace caer, mientras nos mira recreándose.
Sabíamos que nuestro subconsciente pedía a gritos no ilusionarse. Eso lo sabíamos de sobra. Pero la tentación, o más bien, lo bien que nos sentíamos con esa persona nos hacía ignorarle. Volvíamos a confiar y volvíamos, obviamente, a caer.
¿Y qué me decís de lo de siempre? Sí, de esa persona que nos atrae irremediablemente, que no podemos evitarlo por muchas trabas que pongamos. Por muchos caminos que tomemos, siempre nos la encontraremos.
Y también tropezaremos.

Pero es que es imposible no dejar de respirar cuando pasa por nuestro lado, y no dejar de explotar nuestro corazón cuando su piel roza la nuestra. ¡No es justo! Pff, claro que no es justo, pero es lo que hay, lo que pasa, lo que existe, lo que nos toca. Siempre habrá piedras en el camino, y casi siempre serán las mismas porque somos así de simples.

Claro que tropezamos con la misma piedra.Nos la cambian de sitio.

jueves, 17 de marzo de 2011

No se exactamente lo que haces ...

"Ando al borde de los equilibrios en la suma de tenerte y darte un pellizco para saber que es verdad, que existes en serio y eres capaz de sostener toda una realidad a tu antojo y es este nunca mirar hacia atrás cuando te tengo delante, este deslizo primavera en tu espalda, esta manía mía de no acostumbrarme a verte inmiscuida en mi mundo que lo transforma todo. Y desde aqui te digo que me voy a especializar en tus relámpagos y me voy a intranquilizar en cada nueva cita, y te voy a probar "a la manera en que los panaderos prueban el pan, es decir, con la boca" hasta que todo esté tan borroso como mis ojos de 5 de la mañana y vuelvan los garabatos a mezclarse en tu risa y mi cama no sepa dónde meterse: te cogeré en brazos y por un instante cerraré los ojos para siempre y hablaré en voz muy baja de la eternidad, de los suspiros que me callo cada vez que me besas, que a estas alturas de curso solo aspiro a mirarte de reojo en los examenes, a escribirte tonterías en los apuntes, a dejar trocitos de mis desastres en tus bolsillos, nos pringaremos de chubasco y entonces comprarás golosinas y yo solo te diré: a ver quién es más dulce!!! Te beberás un oceano de mis miedos en un vasito de agua que pondré en la mesilla cada noche, tendré que despertarte por la mañana, lo siento, pero es que dormir contigo es más excitante que cualquiera de mis sueños, quiero este aquelarre de humo, este complot de elegías, quiero en verdad cada sombra y cada despiste, tus medias sonrisas, este no saber qué hacer ni dónde, pero contigo, no te vayas demasiado lejos porque puedo mover un planeta para encontrarte, no me importan los continentes si tu eres el contenido, y espero que a ti no te importen las confidencias, los atracos a beso o muerte, todo lo que se mueve en un sigilo, voy a pasar mis brazos por tus hombros cuando vayamos al cine, voy a discutir contigo sobre el final de cada película, sobre el principio de nuestra historia, voy a abrir las ventanas de par en par para que entres en mi vida de la unica forma que sabes: volando. Mira: yo no sé exactamente qué es lo que haces pero desde que lo haces todo es maravilloso." (tayler durden)
Pincha aquí para ver esta foto.

Flores . . .

Ya no sé si las metaforas nos guardarán los secretos, pero estoy segura que tu boca no habla más que para decirme flores.

Continue tout droit.

Tú, que podías elegir destino y escogiste precisamente el mío...


Always

-- Yo te prometo un para siempre, ¿tú me lo prometes?
~ Eso es demasiado tiempo, todo se puede torcer y podemos acabar odiándonos.
-- Bueno, aunque te odie, si me necesitas iré.
~ No lo creo...si me odias no me querrás ver...
-- Pues cierro los ojos.
~ No me querrás oír.
-- Pues no te dejaré hablar...
~ ¿Entonces?
-- Te abrazaré y te diré...¿Te acuerdas de aquella tarde que te prometi un para siempre? lo decia enserio. =)

(:

Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.
Pincha aquí para ver esta foto.

this moment.

Sonríe. Recuerda sus pies fríos, aquellos diminutos dedos helados que ella apoyaba sobre sus piernas
Pincha aquí para ver esta foto.

Hazme feliz (:

Hazme feliz

Su sonrisa, que me dilata las pupilas y hace que no exista nada más en el mundo aparte de sus ojos.

Lluvia...


Miré al cielo al tiempo que aceleraba el paso. Si esta era la típica tormenta de verano, tardaría menos de media hora en desaparecer. Llegue al poco rato e instantáneamente aspiré con toda la profundidad que permiten unos pulmones humanos. Sonreí drogada. Me encanta el olor a hierba mojada. Me encanta el sabor amargo de una gota entre mis labios, la calma que se respira, el sonido hipnótico de la lluvia al caer.
El olor a Verde. Me encanta el olor a Verde. Me aleje del bullicio de gente que corría de un lado a otro huyendo de la lluvia, (creo que nunca entenderé esa reacción de la gente, ¿Por qué huyen? Es solo agua) y me dirigí a Mi sitio. En realidad, Nuestro, más bien tuyo. Pero bueno, no creo que te importe que lo siga usando. Me senté cómodamente sobre la hierba y me dispuse a buscar algo interesante. Alguien interesante. Pasee la mirada distraída entre la serie de rostros que se iban sobreponiendo encima de las imágenes diluidas que quedaban de las caras de los que acababan de pasar. Y entonces apareciste tú.
Eras tan normal, tan típico, tan… corriente. Y supongo que eso fue lo que llamó mi atención la primera vez que nos conocimos. Que no fueses diferente. Hay tanta gente que lo es, que en mi opinión el hecho de serlo ya es algo común. Tarde poco tiempo en darme cuenta de quien eras. Te hubiera reconocido en cualquier parte, la verdad. No hizo falta ni que me mirases. Sabía como lo harías. Directamente a los ojos, como siempre.

Me acordare de tí.

Y al mirar por las noches al cielo .. 

conservare intacto cada recuerdo junto a tí.

Princesa busca marido

Alguien que no es capaz de evitar una noche de sufrimiento , no merece mi amor verdad?

Atreveté.

Conocete a ti misma, imagínate una vida y atrevete a vivirla...
Pincha aquí para ver esta foto.

Cambios.

Todo cambia pero las pequeñas cosas siempre permanecen... aunque a veces ni sepamos que nos acompañan...
Al pasado solo se le dice adios..
''Cada dia es un regalo y no un derecho''
No dejes piedras sin mover, y deja tus miedos atras
Intenta tomar el camino menos recorrido
Ese primer paso que tomes sera el mas largo,
Ir al grano deberia ser una forma de vida,
Lo que vale la pena del premio es siempre la batalla
Cada segundo cuenta por que no hay un segundo intento
Por eso vivelo como si no lo fueras a vivir otra vez
No tomes el camino mas facil en tu vida.....
Nunca es demasiado tarde para tirarle a las estrellas
a pesar de quien fueras, tampoco es demasiado tarde para volverte a enamorar..que haya otro primer beso…otras nuevas sensaciones, ilusiones..

Entonces haz lo necesario,porque no puedes regresar un momento en esta vida,
No dejes que nada se interponga en tu camino,porque las manos del tiempo nunca están de tu lado.
Cuando fallamos en algo pensamos en el que pudo ser y no fue .. pero tal vez algo que nos puede aliviar es el tiempo, pero hay valientes que no pretenden aliarse con el tiempo para que surja el olvido, si no para luchar .. y que su recuerdo no lo empañe el pasado ..

ALejandro sanz - eso

Yo Te buscaba en los azules,,
y me enfrentaba a tempestades
y ahora no sé si tú exististe
o eres sólo un sueño que yo tuve
pero es que hay gente
que no consigues olvidar jamás…
no importa el tiempo que eso dure.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Caso de amor

"Porque nosotros tenemos la seguridad que saldremos, pero ellos se quedan dentro"
Con estas palabras daba comienzo otro de los reportajes de Callejeros, programa selecto en este blog.
El tema de ese episodio se llamaba "Cárcel", y consistía en que el grupo de periodistas iba a pasar varias jornadas en una cárcel, la más poblada de España, situada en León.
Las cámaras consiguieron enfocar al mundo la realidad vista desde dentro, desde la visión personal de quienes la padecen: los presos.
A pesar de la "buena imagen" de las celdas, la auténtica perspectiva se palpaba en el ambiente: habitáculos pequeños, sin apenas intimidad para la zona del baño, compartidos entre dos, etc.
Además, el centro penitenciario contaba diferentes módulos según el grado de conflictividad de los presos, o el sexo - puesto que también había un módulo de mujeres -.
Desde traficantes de drogas, prostitutas, ladrones, hasta algún que otro homicida convivían en ese espacio aislado del resto del mundo, pero con la capacidad de ofrecer varios servicios a tanto inquilino: zona de piscinas, talleres, peluquerías, gimnasios, bibliotecas e incluso un supermercado para aquellos cuyas familias les mandan dinero para poder comprar.
Sin embargo, a pesar de la gran profesionalidad y gusto que causó en mi el reportaje, no es precisamente de ese contenido del que trata esta entrada.
Lo verdaderamente sorprendente para mi de ese programa fue que también hubo hueco para el amor. Sí, para el amor.
Me resultó impactante como había parejas de presos. Chicos y chicas que se habían conocido en la cárcel, se habían enamorado, convivían diariamente.
Pero lo más increíble fue el hecho de saber que no se habían visto. Hablaban a través de la grieta de un muro que sólo dejaba hueco para las palabras, las risas y los sentimientos.
¡Te quiero! ¡Ya nos quedan sólo 2 añitos para estar en la calle y poder vernos!, palabras de uno de los presos a su novia.
Asombroso. Fue exactamente eso lo que más me atrajo del documental, el saber cómo el amor es superior a cualquier cosa. Como dos personas habían llegado a enamorarse a través de una pared, siendo muy importante el uno para el otro - puesto que no tienen a nadie más que les diga cosas bonitas -. Como entre tanto castigo, sufrimiento y derrota había un pequeño espacio para que creciera algo tan grande como puede ser un amor verdadero, resistente incluso a la ceguera, aguardando día a día el momento de salir libres, de ser devuelto al mundo y volverse mucho más fuerte.
Esto me pareció realmente una cura de humildad. El darse cuenta uno de que a veces, nosotros, pobres personajes libres, legales, tenemos conflictos de pareja, miedos, vergüenzas, caprichos.
Percatarse de que hacemos océanos con gotitas de agua, que nuestros amores siempre resultan frágiles. Y si es así, ya sé que es porque nosotros queremos. Porque si un amor puede sobrevivir en la cárcel, si ese caso nº 149562 triunfa, entonces no hay nada que pueda superarlo.

Recuerdo que las últimas palabras del reportaje fueron:
- ¿Alguna vez un funcionario trabajando aquí se ha enamorado de una presa?
(El funcionario reía)
.

Chocolaterapia.

Chocolate, chocolate con leche, chocolate amargo, a la naranja, a la trufa, a la fresa, a la menta, con avellanas, con pistachos, con coco, con licor, al caramelo, con frutos rojos, de café, de regaliz, de nata, de vainilla ...
¿Y en qué te fijas cuando eliges tu bombón?
En el envoltorio: Bueno, sí. Brillante, llamativo, luminoso, atractivo. La funda es muy importante porque, creemos, que lo que se muestra fuera se corresponde con lo de dentro. Vemos los bombones por su aspecto físico, sin pararnos a pensar que, al abrirlos, podemos decepcionarnos al darnos cuenta que hemos profundizado en algo que, a fin de cuentas, nos deja la boca amarga.
En el sabor: Bueno, sí. Si no te gusta el café, no vas a intentar coger un bombón que sea de café. ¡Habiendo tantos! Inmediantamente rechazamos del montón aquél que odiamos, que nos asquea. Para rápidamente seleccionar un sabor alternativo. ¿Café o coco? Sólo quedan dos. No tenemos más opciones. Y si no me gusta el café, tendré que optar por el coco, de todos modos voy a disfrutar comiéndome un bombón y, quién sabe, quizás el coco me haga olvidar las malas experiencias con el café.
En el recuerdo: Bueno, sí. No hay nada más gratificante que, una vez comido el bombón, limpiar los dientes con tu lengua, rescatar hasta el más mínimo trocito de avellana que tanto nos ha cautivado. No queremos que desaparezca de nuestro paladar, movemos las papilas, ansiosas de sentir de nuevo la mezcla del chocolate con tu ingrediente favorito. Y te da igual el color del envoltorio, y te importa poco si era de vanillia. Lo que te gusta es que tenía esos trocitos de avellanas que te vuelven loco. Esas pequeñas cosas que te hacen pensar en el bombón, que te sacan una sonrisa mientras fundes tu mente con su sabor. Mientras te imaginas repitiendo, pensando en encontrar otro momento donde tú y tu pensamiento favorito se vuelvan a juntar.
Bombones, tantos y tantos.
Y en el amor pasa absolutamente lo mismo. Debe uno de fijarse en los pequeños trocitos de avellanas de esa persona especial, sea cual sea su envoltorio. Sea cual sea su sabor.

Colores . . .

"Y para gustos, colores". Cuantísimas veces nos han mencionado esa frase. Innumerables ocasionas nos han mostrado la existencia de un gran abanico de tonalidades en nuestra vida y, sin embargo, nos decantamos siempre por el azul. El del mar, el del cielo, el del BlueTropic, el del chupachups... ese mismo color enmarcado en nuestra mente. Y en nuestro amor. Nuestro amor es azul, pensamos. ¿Rojo? ¡Qué va! Azul. Siempre azul, como los príncipes. Creemos que la perspectiva humana de amor es azul. Buscamos personajes, moldes más bien, que se adapten a ese color, que se disuelvan perfectamente, que encajen en el prototipo, que fluyan simultáneamente al latido de nuestro corazón. Azules, como el corazón de Blancanieves, de Bella, de Cenicienta. Perfectos.
Y precisamente no nos damos cuenta, que no es así. No debemos buscar formas, sino piezas. Piezas de un puzzle, de nuestro puzzle seleccionado. Con muchas pequeñas cosas que nos gusten. Cosas que nos llamen la atención, que nos atraigan. Y formarlo. De todas esas pequeñas partes crear nuestro amor. Juntarlo todo con besos, con caricias, con miradas, con acciones. Y dar como resultado lo más bonito que podamos encontrar al despertarnos, y al acostarnos. Olvidar el azul. No. Nunca más el azul. Se acabó.
Es una pérdida de tiempo vivir buscando la adquisición de esa témpera celeste inalcanzable. No nos damos cuenta que el azul ya lo tenemos. No hay que buscarlo. Ya lo tenemos con nosotros. Tenemos la humana capacidad de teñir a cualquiera de azul. Cuando ese puzzle nos guste, entonces lo teñiremos. Sí, lo pintaremos de azul. Y no nos ha hecho falta buscar nada imposible puesto que la persona que queremos ya es azul. Ya no tiene por qué competir con nadie. Será azul para nosotros, sólo y exclusivamente para nosotros, sin que nadie pueda percatarse de su existencia. Esa persona que nos conquistó, con su personalidad. Esa personalidad que nos encanta, que nos hace pasar buenos ratos, que nos inunda de felicidad. Y que para los demás es normal, para nosotros ya es azul.
No dejemos pasar oportunidades. No olvidemos los retos. Quizás las piezas que nos rodean puedan llegar a formar nuestro puzzle azul. Sin embargo, si vivimos buscando el paquete formado, pasaremos por alto esos detalles que cada día nos dan motivos para sonreir.
Recordemos, las ranas, antes de ser príncipes azules, antes de ser besadas, eran verdes. Eran verdes.

3MSC

Todo lo que debes hacer es ponerte los auriculares, echarte en el suelo y escuchar el CD de tu vida.
Pista tras pista, ninguna se puede saltar. Todas han pasado y de una forma u otra, servirán para ir hacia delante.
No te arrepientas, no te juzgues. Sé quien eres, y no hay nada mejor para el mundo.
Pausa, rebobina, play. Aún, aún y aún más.
Nunca detengas el reproductor. Sigue registrando sonidos para lograr explicar el caos que llevas dentro.
Y si te sale una lágrima cuando las escuchas, no tengas miedo, es como la lágrima de un fan cuando escucha su canción preferida.

Ojos que no ven , corazón que no siente.

Érase antes de ayer una de esas noches plantado a la televisión y aburrido. Mirando sin ver nada comenzó uno de los programas que más influencia tienen sobre mi. Se trataba del famoso 21 días. Debo decir que admiro a Samantha, la periodista protagonista de dicho programa, puesto que lleva a cabo uno de los preceptos más importantes en mi: ponerse en el lugar del otro. Tener empatía con los demás.
Pienso que es una persona valiente y que se enfrenta a las peores situaciones de la sociedad, aunque no pueda captar el sentimiento de estar toda una vida así, en esas tres semanas se acerca un poco al epicentro de tan debastadoras situaciones.
Justo antes de ayer el programa iba de ciegos. La chica pasaría tres semanas a ciegas, como si fuese invidente, aprendiendo a manejarse con un sentido menos. Un sentido importante para el mundo, pues el 80% de la información que recibimos es prácticamente visual.
El programa avanzaba, la chica se acostumbraba a caminar sola, a orientarse mediante trucos, a conocer gente ciega que llevaban una vida relativamente normal y, lo que más me sorprendió, es que llegó a viajar sola en metro. Sí, prácticamente sola y a oscuras.
De las personas que conoció, me sorpendió una mujer. Una mujer de 30 y pocos que era licenciada en administración de empresas y dirigía la organización de la ONCE. Esa mujer, ciega total, sacó su carrera y el título es exactamente igual que el de otra persona con vista.
Esa mujer tomaba trenes casi todos los días para ir a ciudades colindantes de Madrid, para acudir a reuniones de trabajo. Esa mujer tenía una pareja que también era ciego total. Esa mujer tenía una hija de 4 años que no le faltaba nada ni de su padre ni de su madre. Y lo más impactante para mi, fue una salida que hicieron la mujer, el hombre, la presentadora y la niña. 3 ciegos y una vidente de 4 años fueron a un parque de atracciones. Y la niña guiaba a los tres entre la gente. Y se montaban en las atracciones. Y sonreían. Eran felices, aún siendo ciegos, no se perdían nada de la vida porque lo más importante ya lo tenían: una familia, amor, amigos, buen trabajo y, bueno, puede que la vida haya perdido color para ellos pero eso es insignificante cuando tus necesidades básicas están más que completas.
Con el reflejo de este programa para este post, quiero hacer notar que, a veces, creemos que la vida nos castiga. A menudo pensamos que el mundo nos ha dado la espalda o que todo lo malo nos pasa a nosotros. Consideramos también que nos ha tocado lo más difícil a sabiendas de que disponemos de todos los medios disponibles para conseguirlo. No, en absoluto que estamos equivocados. Porque ahora sé, por lo menos yo, que no debo hacer caso a quien se queje al estudiar, o a quien renuncie a la primera en sus objetivos. Porque he comprobado que gente "discapacitada" ha logrado tener una vida normal y, lo que es más, ser feliz.
No valen excusas. Querer es poder y lo que se desea, se acaba obteniendo, cueste lo que cueste, veas o no veas.

Mayoria de edad.

Mayoría de edad

18 años. Hace apenas una semana justa que alcancé dicha numeración. Las famosas 18 primaveras - llenas de alergias, ¡cómo no! - se han ido sucediendo año tras año hasta alcanzar la mayoría de edad.
¿Y qué se siente, ilusos? Nada. Es un día como fue el anterior y será el posterior. La diferencia radica en que te excusas celebrándolo como hacía tiempo no lo hacías, disfrutando con tus amigos - algunos ya incluidos en ese club de "mayores" - y leyendo comentarios penosos de: "Oye, que ya te pueden meter en la cárcel". Me hierve la sangre esto último.
Sin embargo, sí es cierto que cuando has cumplido la mayoría y piensas en el futuro, te das cuenta de que una ola infinita de independencia cae sobre ti.
No hay que indagar más que en los viajes. He realizado ya dos viajes al extranjero, en lo que llevamos de verano, y se me ha pedido el papel de la policía para poder pasar fronteras. Ahora que en seis días me voy a Londres, ya no me hará falta. Mi DNI adquirirá valor. Se ha hecho mayor ya.
Y así, con todo. Con todo aquello que requiera de autorizaciones, responsabilidades, acuerdos, pactos. Para eso sí te das cuenta que has crecido, pues tu firma se encarga de recordártelo y de limitarte en tus actos, de lo contrario gordas - y nuevas - consecuencias pueden vertirse encima tuya. Por todo lo demás, no se nota nada. Comes, navegas por Internet, duermes y ríes igualmente que antes. Haces de todo por el mismo precio, aunque quizás ahora te reconforte un poco el pensar que puedes comprar alcohol en el Mercadona. O mejor aún, que no necesitas esconderlo más. Cierto, la vergüenza también entiende de números. De 18 en concreto.

.

Lo mejor de perderse,
son las cosas que encuentras en el camino

pio , pio..

No puedes silenciar al canario que llevas dentro. Cuando quiere, pía. Cuando se le antoja, pía. A veces el momento no es el adecuado, a veces te deja en ridículo porque suena demasiado fuerte. Pero lo hace, así es él, así es él de desobediente. Canta todos los días, no hay ninguno que se quede durmiendo o comiendo. A veces ni te deja hacerlo a ti. Es cruel, podría decirse. Aunque siempre que canta tiene motivos. Y bastante fuertes, además. Tú quieres no darte cuenta, ignorarle. Imposible. Si se percata de que pretendes pasar de él, bate sus alas a una velocidad increíble. Por eso tu corazón se acelera y late fuerte. Es el canario, el culpable de todo. Y como vuele a tu mente, estamos perdidos. De vez en cuando hace nidos allí, en cualquier parte. Se va para los recuerdos, y escarba allí. Vuelve al presente y duerme allí. Se traslada al futuro y se asienta un par de días allí. Es idiota, es inepto, es estúpido, es infantil ... pero tiene razón. Y en el fondo sabes que canta cuando tú se lo ordenas. Porque ... ¿quién ríe, qiuén llora, quién piensa en esa persona, quién se pone nervioso al verla, quién tartamudea, quién finge, quién besa, quién? Nadie más que tú. El canario solamente pía cuando lo alimentas con todo esto. Las carcajadas, los pucheros, el corazón a mil ... eso es el cante del canario. Esos sonidos enmascaran al canario, quien, desde algún lugar de tu cuerpo, vuela, de arriba a abajo, de abajo a arriba, y nosotros, mientras, lo confundimos con mariposas.

Nerviosismo

>> sábado 22 de enero de 2011



Nervios.
El apretón en el pecho, que te cierra todo por dentro. Las pocas ganas de comer, que desaparecen poco a poco. Las ganas de ir al baño, ya sabes, pero que vas, y no cambia nada de nada.
Los mareos, con los que te tienes que sentar cada cinco minutos. El corazón a mil, que te vuelve lacio cuando lo que deseas es correr. Las ganas de gritar, en medio de la noche. Las manos por tu pelo, cada minuto. El alien en la barriga que lucha por querer salir, al igual que tus ojos, que parecen salirse de las órbitas. Los labios siendo mordidos, los pies rozándose momentáneamente. Los suspiros. Nervios, ¿te suenan estas sensaciones? Y muchas más que existen, cada ser humano es único y sus nervios, también. Pero ¿por qué nervios? ¿Acaso simbolizan inseguridad, miedo, temor, angustia? ¿O más bien son síntoma de vida, de consciencia ante el mundo, de responsabilidad? Aquí es donde todos discrepan. Aunque cuando estás nervioso, hay que reconcoer, es cuando sientes tu cuerpo. Escuchas tu corazón, sus zumbidos por todo tu cuerpo, los movimientos de tu barriga, el sonido de tus dientes clavándose en los labios, el de tu pelo al moverse... Estás tú, con tu cuerpo, con tus nervios. Estás vivo. Igual de vivo que cuando esperas a entrar en ese examen o cuando ves aparecer a esa persona, que se va acercando lentamente.
Todo son nervios, y nervios somos nosotros.
.

Excusas...


Porque no, porque sabes que no.
Lo puedes intentar, puedes querer que no ocurra, odiar la situación.
Puedes obviar lo que ocurre a tu alrededor, intentar no mirar, no buscar, no ir.
Pero no, sabes que no.
No puedes dejar de pensar, no puedes dejar de imaginar, no puedes dejar de ser atraído.
Te enfadas contigo mismo, te avergüenzas incluso, imaginas un mundo donde tú seas lo que se pide, lo que se está buscando.
¿Por qué?
¡Quieres pasar, quieres olvidarlo!
Pero sabes que no, vuelves a saber que no lo olvidarás, nunca podrás dejar de verlo y menos con esos ojos con que lo ves.
Nunca lograrás dejar de sentir lo que sientes al tocar, al rozar, al mirar.
Y no puedes porque te gusta esa sensación, es increíble, es una canción perfecta al máximo de volúmen. Son ganas de gritar, de reir, de saltar y de lanzarte a sus brazos, pero inmediatamente después recuerdas que hay una línea trazada que no debes pasar.
No que no puedas, sino que no debes. Porque poder y querer sabes que lo tienes, pero en la vida hay situaciones, aspectos y, en este caso, sentimientos, que no nos pertenecen.
A veces no vale el consentimiento de uno sólo para ser feliz, sino de una pluralidad que, lamentablemente, siempre será impar.
¿Por qué?
Porque no, porque el miedo es muy grande y el valor muy pequeño.
Porque saldrá mal,
y si sale mal entonces se acabó todo por lo que merece la pena levantarse cada día.
¿Por qué más?
Porque los sueños dejarían de tener sentido.
Sí, esos sueños donde solo estás con quien quieres estar, no hay nada más, te mezclas con su cuerpo, su sonrisa y toda su naturaleza para acabar floreciendo en tus montones de mantas, pero sonriendo tontamente, feliz.
En cierto modo en otra realidad, en otro subconsciente sí habéis estado juntos, sí te lanzaste y sí os hicísteis cosquillas.
Sí, lo que lees, os hicísteis cosquillas mientras estábais juntos, el uno al otro, ¿que por qué se sabe eso? por la sonrisa que esbozas al despertar.
Porque no, porque sabes que no, que será así para siempre, pero eres feliz, porque de algún modo lo tienes y lo tendrás.

14deFebrero.


14 de Febrero.
No importa donde estés, no importa qué idioma hables, no importa con quién te relaciones ni tampoco si cae en lunes o domingo. No importa. En cualquier aspecto esta fecha se reconoce.
San Valentín. Y el lema: Día de los enamorados.
Precisamente porque la historia que protagonizó al santo consistía en casar clandestinamente a jóvenes enamorados. Y luego su martirio, su ejecución y su muerte ese 14 de febrero del 270 dC.
Hasta ahí la historia, el nombre, el lema.
Ahora más profundo, algo más.
¿Qué entendemos por amor?
Claro que importa y es bonito tener una pareja. Las caricias, los besos, el apoyo, los momentos juntos, las risas, tu otra mitad. Amor, quien lo probó lo sabe, ¿es o no?.
Pero el amor, fíjate si es un sentimiento tan grande, que precisamente abarca más que a las parejas. Y fíjate si el término "enamorado" es en sí tan amplio que no tiene que manifestarse solamente entre dos.
Amigos, familia y cosas que queremos. Sí, que queremos y que amamos (obviamente no con manifestaciones tan explícitas como con una pareja, pero esto se cuestiona). Desde mi punto de vista - lo que intento exponer siempre - quiero mucho a mis amigos. Esas personas que hacen que mi vida tenga un sentido completo, ese porcentaje que no puede faltar y con los que comparto experiencias y felicidad. Los quiero, a todos. Unos más antiguos, otros más nuevos. Unos que influyen más, otros no tanto. Unos que veo menos y otros con los que convivo diariamente. Pero los quiero, demasiado. Y tanto hoy como siempre les abrazo, beso, acaricio y soy feliz junto a ellos.
Las cosas, las manías. Amo ir de compras, salir de fiesta, comprarme rosas de vez en cuando, dormir calentito, tumbarme en los parques, el chocolate al caramelo del Starbucks, la canción que me gusta al máximo de volúmen, las cosquillas. También quiero estas cosas.
La familia. Los mil besos de mi madre, los abrazos de mi padre, lo chinchosa que es mi hermana, mi abuela cantando la misma canción tantas y tantas veces y siempre con la misma gracia, mis primos pequeños y sus sonrisas, los grandes y sus chistes. Ellos, siempre.
Todo esto, más la pareja, conforma el amor.
4 letras: a, m, o, r. 4 aspectos: amigos, familia, cosas, pareja.
Y eso es lo que no todos entienden, se centran en una cosa y celebran el día de hoy con un amigo, con su madre, bebiendo un chocolate o revolcándose con su pareja. Pero cuando se tiene todo, y he tenido la suerte de alguna vez aunar todos los aspectos, es cuando realmente sientes el amor.
Luego, lo del 14 de febrero como ritual obligatorio para mostrar sentimientos, bueno, eso ya es opcional. Hay quien ve algo falso buscar un día para declararte o para decir lo mucho que quieres a alguien pero, quizás, tampoco se paran a pensar que esas personas se aferran a este día para tener "más fácil" el valor de decir lo que verdaderamente piensan. Y claro que nos quieren siempre, pero tal vez sea en esta fecha cuando la sociedad, el mundo y nosotros mismos les facilitamos lo que - aunque triste - para muchos cuesta decir: te quiero.

Son solo diferentes puntos de vista, otras maneras de ver las cosas. Yo hoy me he sentido muy querido y afortunadamente me siento siempre. Tengo buenas amistades, tengo mi familia, tengo mis manías y bueno, aunque no tenga pareja materializada, he tenido el dulce bocado de una amiga, las cálidas palabras de mi madre y el sabor de mi plato favorito.

Competencias.

Competir no es llegar primero, ni levantar antes la mano, ni reír antes o después, ni siquiera ver dónde te vas a sentar hoy...
Competir es, son tantas cosas. Competir es levantarte antes que suene el despertador (esos cinco minutos antes, o cuatro, casi siempre son cuatro).
Competir es entrar embelesado mientras te peinas y e intentar dar los buenos días a todas, a todas a la vez, y decirlo de verdad y dulcemente.
Competir es decirle cada día cada vez más lo guapa que están.
Competir es abrazarlas, morderlas, piropearlas.
Competir es que te digan que eres un osito, y te abracen fuerte luego.
Competir es tocarles el pelo, rodearlas con los brazos.
Competir es hacer tonterías en las clases aburridas, pintarlas, ponerles caras feas para que se rían de nuevo. Otra vez más.
Pero, además, competir es saber escuchar, saber hablar, saber dar el brazo a torcer, saber perdonar y saber tomarse la vida con un poco de humor, con un poco de cariño y con un beso en sus caras.

Si decido quedarme...

"Adam se tumbó en mi cama y estiró los brazos por encima de la cabeza. Toda su cara sonreía: ojos, nariz y boca.
- Toca conmigo - dijo.
- ¿Qué?
- Quiero que me toques como si fuera tu violonchelo.
Iba a suplicarle que no dijera tonterías, pero de pronto pensé que tenía sentido. Fui al armario y saqué uno de mis arcos de repuesto.
- Quítate la camisa - pedí con voz trémula.
Lo hizo. A pesar de su delgadez, era sorprendentemente musculoso. Podría haberme pasado veinte minutos contemplando los contornos de su pecho, pero él me quería más cerca. Yo también lo deseaba.
Me senté a su lado, de manera que tenía su largo cuerpo tendido ante mi. El arco tembló cuando lo dejé sobre la cama. Alargué la mano izquierda y le acaricié la cabeza como si fuera la voluta de mi chelo. Él volvió a sonreír y cerró los ojos. Me relajé un poco. Le toqueteé las orejas como si fueran clavijas y luego le hice cosquillas juguetonamente y él rió por lo bajo. Coloqué dos dedos sobre la nuez. Respiré hondo para armarme de valor y pasé al pecho. Recorrí el torso con las manos en toda su longitud, deteniéndome en los tendones para asignarle una cuerda a cada uno: la, re, sol, do. Los acaricié uno a uno con la yema de los dedos. Adam permaneció muy callada, como concentrándose en algo.
Cogí el arco y se lo pasé suavemente por las caderas, donde estaría el puente del chelo. Toqué con suavidad al principio, y luego con más fuerza y velocidad, a medida que aumentaba la intensidad de la canción que sonaba en mi cabeza. Adam permaneció inmóvil. De sus labios escapaban leves gemidos. Miré el arco, miré mis manos, miré el rostro de Adam y me sentí invadida por el amor, la lujuria y una desconocida sensación de poder. Jamás había imaginado que pudiera lograr que otra persona se sintiera así.
Cuando terminé, él se incorporó y me dio un largo y profundo beso.
- Mi turno - dijo entonces.
Hizo que me levantara y empezó por quitarme el suéter por la cabeza y bajarme un poco los tejanos. Luego se sentó en la cama y me tumbó sobre sus rodillas. Al principio no hizo nada más que abrazarme. Yo cerré los ojos y traté de sentir sus ojos en mi cuerpo, viéndome como nadie me había visto en la vida.
Luego empezó a tocar.
Rasgueó los acordes en mi pecho, haciéndome cosquillas, y reí. Suavemente movió las manos hacia abajo y entonces dejé de reír. Las vibraciones del diapasón aumentaban de intensidad cada vez que Adam me tocaba en un sitio nuevo.
Al cabo de un rato cambió a un estilo más español en el movimiento de los dedos. Utilizaba la parte superior de mi cuerpo como mástil, acariciándome el pelo, la cara, el cuello. Punteaba en mi pecho y mi estómago, pero yo lo notaba en sitios a los que sus manos ni se acercaban. Su energía iba en aumento a medida que tocaba y mi diapasón enloqueció, provocándome vibraciones por todo el cuerpo hasta dejarme sin aliento. Y cuando creía que ya no podría soportarlo más, el torbellino de sensaciones alcanzó un vertiginoso crescendo que excitó todas y cada una de mis terminaciones nerviosas"...
Si decido quedarme... Gale Forman